El cambio climático representa un desafío significativo para la producción ovina en Argentina, y Silvina Puig Halliday, una apasionada productora de ovejas, lo sabe muy bien. Aunque nació en la ciudad, Silvina encontró su verdadera vocación en el campo, donde disfruta inseminando sus ovejas y compartiendo la vida rural con su familia. Junto a su marido Eduardo y sus hijos Santiago y Teddy, Silvina ha puesto bajo la lupa el negocio ovino, adaptándose a las nuevas exigencias y transformaciones del entorno.
Desde su establecimiento «Los Pozos», Silvina reflexiona sobre la necesidad de ser pacientes y estar atentos a cómo se desarrolla la economía local, especialmente con las propuestas para bajar impuestos. «Deseamos ser competitivos a nivel internacional y repuntar localmente, siempre cuidando el recurso (el campo) para seguir adelante», comenta. En este contexto, han optado por criar ovejas de la raza Merino, conocida por su lana de alta calidad y su buen índice de producción en kilos de carne por animal. Esta elección les ha permitido sobrevivir tanto en el ámbito local como internacional, manteniendo un equilibrio en un mercado volátil.
La vida en el campo no siempre ha sido fácil para Silvina. Recuerda con nostalgia los tiempos en los que disponían de electricidad solo durante unas pocas horas al día y se calentaban con estufas de carbón y leña. Hoy en día, la tecnología y las comodidades modernas han transformado su vida, facilitando tareas cotidianas como hacer pan o mantener la casa caliente. Sin embargo, lo que más le llena de satisfacción es la época de inseminación, cuando siente la gratificación de crear vida. «En el fondo, estás creando vida, eso es muy gratificante, más cuando haces la ecografía y ves que son dos», comparte emocionada.
Silvina Puig Halliday es un ejemplo inspirador. A pesar de los desafíos del cambio climático, ha demostrado que es posible encontrar soluciones innovadoras y sostenibles para prosperar. Su historia es un testimonio de la pasión y el compromiso de una familia que ha sabido adaptarse y crecer en un entorno en constante evolución, siempre con la mirada puesta en un futuro próspero. Con creatividad, determinación y una visión clara, Silvina y su familia han transformado las adversidades en oportunidades, asegurando el éxito y la continuidad de su emprendimiento ovino.