La minería en Argentina está en un punto de inflexión con la aprobación de la Ley Bases, que ha sido un catalizador para grandes inversiones en el sector cobre. Con proyectos de construcción de minas de cobre en varias provincias, se espera que el empleo minero se duplique a nivel nacional y que las exportaciones de minerales se tripliquen en el mediano plazo. Este avance desplazará el protagonismo del oro de Santa Cruz, transformando el mapa minero del país. La ley incluye el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece beneficios tributarios y aduaneros significativos, atrayendo inversiones que podrían superar los 1.000 millones de dólares por proyecto.
El RIGI promete estabilidad tributaria, aduanera y cambiaria por 30 años, lo cual es crucial para inversiones a largo plazo. Entre sus beneficios, destaca la reducción del impuesto a las Ganancias del 25%, un gravamen reducido sobre los dividendos, y exenciones a las importaciones y exportaciones de bienes de capital. Además, ofrece incentivos cambiarios que permiten la libre disponibilidad de divisas, un reclamo histórico del sector minero. Este entorno favorable es esencial para atraer las inversiones necesarias para desarrollar los seis proyectos de cobre en San Juan, Mendoza, Salta y Catamarca.
Entre los proyectos más avanzados se encuentra Josemaría en San Juan, que requerirá una inversión de 5.000 millones de dólares y creará miles de empleos directos e indirectos. Otros proyectos como San Jorge, Taca Taca, Los Azules, El Pachón y el Proyecto Mara están en diversas etapas de planificación y construcción. Con estos desarrollos, Argentina podría producir 1.066 mil toneladas de cobre por año y alcanzar exportaciones anuales de hasta 9.000 millones de dólares para 2027. Este crecimiento destacará al cobre como el mineral dominante, relegando al oro a un papel secundario, principalmente como subproducto de las nuevas minas de cobre.